Lo que preferirías no saber sobre las bebidas energéticas

Sabe igual que  el jarabe.

¿Lo has oído alguna vez?

Pues aunque las bebidas energéticas se asocian con sabor “a medicina” su consumo no deja de crecer (un 60% de 2008 a 2012).

¿Cómo es posible que un producto que ni siquiera contaba con el beneplácito de los consumidores haya crecido tanto?

Por las propiedades que se le atribuyen a este tipo de bebidas, tengan justificación o no.

¿Qué es una bebida energética o estimulante?

Pues para empezar, no hay una definición legal de bebida energética.

Las bebidas energéticas para nuestra legislación son refrescos, y deben cumplir el Real Decreto 650/2011 por el que se aprueba la Reglamentación Técnico-Sanitaria de bebidas refrescantes.

Así que bebida energética es lo que la industria quiera colocar en el mercado como tal y los consumidores estemos dispuestos a comprar.

Vamos, que es más un concepto comercial (que ha calado entre los consumidores) que una denominación que deba cumplir con unas características concretas.

Lo que entendemos como bebida energética es una bebida no alcohólica que contiene cafeína (el único ingrediente con una acción conocida sobre la somnolencia), taurina, azúcares, β-glucoronolactona y vitaminas del grupo B.

Generalmente tienen otros ingredientes que el consumidor identifica (aunque de forma imprecisa, sin saber muy bien por qué) como “revitalizantes” o “fuentes de energía”: ginseng, guaraná, ginko biloba o carnitina.

No existe una definición legal de bebida energética.

En definitiva, bebidas que se asocian a mejorar el rendimiento físico e intelectual.

Y son relativamente recientes porque empezaron a comercializarse en Europa en 1987.

Pero se han popularizado muy rápidamente y han ido haciéndose con espacios que antes eran territorio dominado por los refrescos (solos o en combinación con el alcohol): los acontecimientos deportivos y la fiesta.

Precisamente la falta de regulación en torno a estas bebidas preocupa a las administraciones y a la comunidad científica.

Porque si no hay una definición que las acote significa que tampoco está especificado qué ingredientes pueden contener ni en qué combinaciones.

Y ahí empieza el problema.

Por supuesto los ingredientes que puedes encontrar son legales y están autorizados para consumo humano. Pero no se sabe cómo pueden afectar al combinarse unos con otros, cuando además están generalmente en altas concentraciones.

Al fin y al cabo lo importante es que produzcan un “subidón” perceptible, así que algunas marcas incluso se jactan de ser las más potentes: bien por la cantidad de ingredientes “energéticos” que contienen en comparación con otras bebidas similares o por el tamaño de sus latas (doble cantidad, doble «pelotazo»).

 

bebidas-energeticas-web-monster

Y los ingredientes milagrosos son…

Si un producto se asocia a efectos tan deseables como tener más energía, rendir más o eliminar los efectos del cansancio (bien sea por alegaciones que se hagan abiertamente o porque de manera velada lo den a entender) tiene que tener unos ingredientes casi milagrosos, ¿o no?

¡Y además es legal! (sigue leyendo y verás por qué resalto su legalidad).

Pues este efecto prodigioso se debe a:

1-. Cafeína: es el ingrediente común a todas las bebidas energéticas.

Las concentraciones varían mucho de unas a otras. La Unión Europea calcula que el contenido varía entre 70mg y 400mg por lata.

Las más habituales contienen un 0,03% (lo que equivale más o menos a 30mg/100ml). A partir de 15mg/100ml el Reglamento 1169/2011 obliga a indicar en el etiquetado de estas bebidas “Contenido elevado de cafeína: No recomendado para ni­ños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia” y poner entre paréntesis el contenido en cafeína por cada 100ml.

La cafeína es un alcaloide con efectos muy conocidos (ese primer café de la mañana…) que actúa bloqueando los receptores de adenosina, una sustancia producida por nuestras neuronas que tiene efectos sedantes. Puedes leer más sobre su mecanismo de acción en este artículo de Antonio Martínez en Naukas.

2-. Taurina: es un ácido orgánico precursor de la bilis. Muchas veces se clasifica como aminoácido no esencial (nuestro organismo es capaz de producirlo) pero carece de grupo carboxilo por lo que no se corresponde exactamente a los aminoácidos. Tiene funciones de osmorregulación, desarrollo neuronal y su carencia provoca problemas de retina. Se añade a estas bebidas por su supuesto efecto estimulante. Las bebidas energéticas contienen en torno a 40mg/100ml.

3-. Hidratos de carbono: fundamentalmente azúcares en distintas formas (sacarosa, glucosa, jarabe de glucosa, jarabe de fructosa) con un contenido entre 10g y 15g por cada 100ml. Una lata de 500ml de Burn (con 15g azúcares/100ml) tiene 75g de azúcar. O, lo que es lo mismo, 50 gramos más que la cantidad máxima recomendada por la OMS.

Parece mucho y lo es: la Coca-cola normal tiene 10,5g de azúcar/100ml.

Así que si la Coca-cola y otras bebidas refrescantes azucaradas son muy criticadas –y con razón- por su alto contenido en azúcar (puedes ver estos artículos de Julio Basulto y Juan Revenga) las bebidas energéticas deben criticarse igualmente (bueno, en el caso de Burn debe criticarse un 50% más, que es la cantidad de azúcares de más que tiene respecto a la Coca-cola).

4-. Glucuronolactona: es un hidrato de carbono que aparecen en el cuerpo como resultado del metabolismo de la glucosa en el hígado. En equilibrio con el ácido glucurónico. Forma parte de los tejidos conectivos y fibrosos. Se añade a las bebidas energéticas por un posible efecto desintoxicante no bien determinado.

5-. Vitaminas del grupo B: son un complejo de 8 vitaminas hidrosolubles relacionadas con el metabolismo celular.

En una lata de 500ml de Monster, una de las marcas que presume de ser la más potente, puedes encontrarte:

  1. Vitamina B2 (riboflavina): 3,5mg (el 250% de la ingesta diaria de referencia IDR).
  2. Vitamina B3 (niacina): 43mg(266% de la IDR)
  3. Vitamina B6: 4mg (286% de la IDR)
  4. Vitamina B12:13µg (500% de la IDR).

Puedes ver que las cantidades de vitaminas del grupo B en la bebida del ejemplo son altísimas. Podría parecer que ya que las vitaminas son necesarias para el metabolismo, cuanta más cantidad mejor (o, al menos, malo no será).

Pues en este caso publicado recientemente en el British Medical Journal, del que se hicieron eco numerosos medios de comunicación (puedes leer la noticia aquí y aquí), se documenta un caso de hepatitis aguda por consumo de bebidas energéticas.

El paciente trabajaba en la construcción y había estado consumiendo entre 4 y 5 latas de bebidas estimulantes cada día durante tres semanas para mantenerse despierto.

El informe indica que, si bien algunos de los ingredientes típicos de las bebidas energéticas pueden causar toxicidad si se consumen en cantidades elevadas, de todos ellos sólo la Vitamina B3 (niacina) causa toxicidad hepática.

El fallo hepático de este paciente se produjo por la ingesta masiva de Vitamina B3 contenida en bebidas energéticas (ya has visto que una sola lata de consumo corriente contiene más del doble de la cantidad diaria recomendada de esta vitamina).

Así que la respuesta es sí: un compuesto necesario en cantidades excesivas puede ser tóxico.

Otros ingredientes que aparecen en mayor o menor medida:

  1. Ginkgo biloba: es un extracto del árbol del mismo nombre. Su uso farmacológico está excluido de la financiación de sistema nacional de salud en España y se usa para tratar la demencia (se añade a las bebidas por su capacidad para potenciar el estado de alerta).
  2. Guaraná: es el fruto de un arbusto trepador que se encuentra en la Amazonia. Es rico en cafeína, teobromina y teofilina, todas con actividad estimulante.
  3. Ginseng: es una planta utilizada en la medicina tradicional china. Se le atribuye una mejora de la resistencia física.

Si quieres más información sobre estos extractos vegetales, puedes buscar en el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral (NCCIH) que es la agencia federal de EEUU para la investigación científica de prácticas y productos fuera de la medicina convencional.

¿Y qué dice la legislación europea sobre estas sustancias?

Ha habido varios intentos para que la Comisión Europea aceptase las alegaciones de propiedades saludables de algunas de estas sustancias y sería la puerta de acceso a publicitar y etiquetar estas bebidas con propiedades concretas (más allá de la “potencia” indeterminada con la que se anuncian ahora).

Aunque algunas de estas alegaciones se han solicitado específicamente para las bebidas energéticas, la mayoría han sido para el ingrediente concreto (por ejemplo la taurina).

Algunas de las alegaciones reclamadas que serían interesantes para estas bebidas son:

1-. Sobre la cafeína en las bebidas energéticas: “Mejora el tiempo reacción mental, la alerta, la concentración y la memoria. Revitaliza. Da una subida de energía. Aumenta rápidamente el estado de alerta”). Pero el informe de la EFSA descartó esta posibilidad.

2-. Sobre la taurina: “Ayuda a posponer la aparición de la fatiga. Ayuda a mantener niveles de energía periodos de tiempo prolongados durante el ejercicio intenso o la competición, incrementa la resistencia y ayuda a mantener un esfuerzo máximo en periodos de físicos exigentes”. No aceptado por la EFSA por ser un efecto que no está suficientemente sustanciado.

3-. Sobre el ginseng: se solicitó para un complejo de vitaminas, minerales, y ginseng G115 “Para cubrir necesidades (…de vitaminas, minerales…) específicamente en casos de agotamiento, cansancio, debilidad, falta de concentración y atención reducida”, “desarrollo mental”, “metabolismo energético”. No ha sido aceptado por la EFSA. En este post de José Manuel López Nicolás en Scentia puedes ver lo enfurecido que está por las alegaciones del ginseng.

4-. Sobre el guaraná: se solicitaron alegaciones sobre extracto de guarana “Antioxidante natural, protege el organismo frenta al daño oxidativo, tiene potentes efectos antioxidantes beneficiosos para la salud”, rechazado por la EFSA. Y también se solicitaron para una combinación de extractos de guaraná y te verde la alegación de “Ayuda a quemar grasa” con la misma respuesta.

Por lo tanto, según la legislación vigente en la Unión Europea, no se puede hacer ninguna alegación de propiedades saludables (entre las que estarían el incremento de la energía, la reducción del cansancio, la mejora del rendimiento…) en estas bebidas atendiendo a los ingredientes que contienen.

La legislación europea no permite hacer alegaciones de propiedades saludables sobre ninguno de los ingredientes añadidos a las bebidas energéticas.

Como siempre te reto a que lo compruebes tú mismo.

Y verás que no tienen alegaciones como tales.

Eso sí, la publicidad sí que da a entender que tienen algunas propiedades asombrosas para mantener el ritmo y roza los límites legales. Pero no los traspasa y consigue el efecto que quiere: convencer a los consumidores de que estas bebidas tienen efectos que no han podido probar.

La fuerza del marketing

Es imprescindible hablar del márketing que rodea estas bebidas porque es la clave para entender las claves de su consumo.

En este artículo de Juan Polo en la web especializada The Branding Tape  puedes encontrar información muy interesante sobre la publicidad de estas bebidas y su lucha por diferenciarse en España.

Pero a grandes rasgos y sin entrar en sus diferencias individuales, todas comparten algunos elementos en su imagen: van más allá de la mera venta de las bebidas.

Se relacionan con acontecimientos deportivos generalmente relacionados con deportes “adrenalínicos” (BMX, Fórmula 1…) o de riesgo (vuelos con traje aéreo, escalada, paracaidismo…) y en algunos casos no sólo son patrocinadores sino que los organizan.

A veces van todavía más lejos, ¿o no recuerdas la noticia-anuncio de Red Bull sobre la caída libre de Félix Baumgartner desde 39.000 metros que rompió la barrera del sonido y consiguió cobertura internacional?

Otras bebidas apuestan por reforzar su relación con la noche y la fiesta organizando competiciones de disc-jockeys, festivales de música electrónica o acontecimientos internacionales que celebran la cultura urbana.

Si buscas las web de estas bebidas verás que lo difícil es encontrar los productos que vender. Porque lo que destaca en todas ellas son los eventos que patrocinan u organizan.

¿Vender bebidas? Sí, pero secundario. Primero crean el ambiente, la cultura, la imagen en definitiva. Que el consumo de estas bebidas se dará por añadidura en estos círculos que ellos mismos han inventado.

Y que por cierto están diseñados específicamente para el público masculino, muchas veces utilizando reclamos sexistas que en otros ámbitos publicitarios ya están completamente descartados.

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Como estas bebidas se asocian a grandes dosis de adrenalina (en el deporte extremo) o a noches interminables de fiesta (festivales de música electrónica) una marca buscó en 2006 diferenciarse, ir más lejos y cruzó todas las líneas de la publicidad ética

Porque llamar a una bebida energética “Cocaína” sí que parece traspasar los límites.

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Y si se publicita con “la alternativa legal”, produce sensación de quemazón en la garganta (como la droga homónima) y se vende en sus versiones “Cut cocaine” (“cocaína cortada” para la bebida sin el efecto de quemazón) y “Free cocaine” parece que no hay dudas sobre el mensaje (aquí puedes leer un artículo sobre la ética de esta publicidad).

Por increíble que parezca, existe y está a la venta. En 2007, tras una advertencia de la FDA, la empresa cambió el márketing de la bebida y la sacó de nuevo a la venta con sus 112mg de cafeína/100ml en formatos de 250ml (280mg de cafeína por lata, el equivalente a 3,5 Red-bull).

Está claro que es una excepción, que por supuesto no contiene cocaína, y que es llevar la publicidad al extremo. Pura provocación.

Pero habría que pensar entonces por qué una marca puede tener interés es ser la alternativa legal a una droga ilegal. ¿O es porque sabe que es un juego peligroso irresistible para algunos grupos de consumidores? (y que esa droga ilegal se asocia precisamente a los entornos en que las bebidas energéticas tienen más adeptos).

Y el marketing también tiene su cara absurda, la puedes encontrar en esta noticia. Red Bull aceptó un acuerdo en 2014 para indemnizar a los consumidores, que demandaron a la empresa por publicidad engañosa: Red Bull no les daba alas ni aumentaba su desempeño físico o mental.

¿El consumo de bebidas energéticas es preocupante?

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó en 2013 los datos de un informe sobre los datos de consumo de estas bebidas en la Unión Europea.

El informe concluye que el 30% de los adultos son consumidores habituales y el 12% de ellos manifiestan un consumo crónico (4,5 litros al mes). Y el 11% de los consumidores lo hace en forma de atracón, bebiendo más de un litro en una única toma.

Pero el informe también toma datos de adolescentes y de niños. Porque, por las características de el marketing asociado a estas bebidas, son el público diana al que se dirigen.

En el caso de los adolescentes, el 68% de los entrevistados eran consumidores. El 12% de ellos lo eran de forma crónica con un consumo muy superior al de los adultos considerados consumidores crónicos (los adolescentes beben hasta 7 litros al mes). Y un 12% de los adolescentes que las consumen lo hacen en forma de atracón.

El informe también valora el consumo en niños menores de 10 años. Y quizá es el dato más llamativo (y alarmante). Porque el 18% de los niños entre 3 y 10 años son consumidores y el 16% de ellos bebe en torno a 4 litros al mes. Es decir, 16 latas de 250ml cada mes (más de una cada dos días).

Tanto en el caso de adolescentes como de adultos, el consumo mezclado con bebidas alcohólicas es similar, entre el 53% y el 56%.

¿Las bebidas energéticas son perjudiciales per se?

Un grupo de científicos vinculados a la Oficina Regional de la OMS en Europa y a la Oficina de la OMS en Estonia  investigó los riesgos, efectos adversos y las opciones políticas posibles para responder al consumo de bebidas energéticas en Europa.

Y concluyeron que los riesgos se relacionan principalmente con el consumo de altas dosis de cafeína.

Aunque algunos tipos de café contienen cantidades similares de cafeína por volumen que algunas bebidas energéticas, la forma de consumirlo condiciona el efecto. El café generalmente se toma caliente, más despacio y no va asociado a un consumo en forma de atracón.

Puedes encontrar información sobre la cantidad de cafeína de distintos productos en CaffeineInformer.

Además, las bebidas energéticas se consumen muchas veces mezcladas con alcohol y producen lo que se conoce como “borracho muy despierto”: el efecto de la cafeína reduce la percepción de los síntomas de intoxicación etílica y permite seguir bebiendo.

Pero sólo reduce la percepción subjetiva de estos síntomas así que la descoordinación motora, el tiempo de reacción (los reflejos) y la cantidad de alcohol en aire espirado son los mismos. El consumidor no nota la borrachera pero sus efectos se mantienen.

Ante esta preocupación, algunas marcas han optado por indicar en el etiquetado «No mezclar con alcohol».

bebidas-energeticas-burn

En EEUU eran populares las CABs, «caffeinated alcoholic beverages» (bebidas alcohólicas que contenían cafeína como aditivo).

La FDA envió en 2010 cartas de advertencia a los productores de bebidas alcohólicas que llevaban cafeína añadida porque la mezcla hacía que los consumidores no fuesen conscientes de su grado de intoxicación y siguieran bebiendo.

Y si la cafeína y el alcohol en el mismo producto es preocupante, parece lógico llegar a la conclusión de que tomarlos juntos aunque provengan de dos bebidas distintas (bebida alcohólica + bebida energética) tendrá efectos similares.

Ahora es prácticamente imposible encontrar estas bebidas (CABs) en EEUU.

La cafeína como aditivo no es ilegal en EEUU y las bebidas alcohólicas tampoco. Pero es la combinación de ambas lo que la FDA consideró un cocktail explosivo para la salud.

En resumen

La mayoría de los estudios no muestran datos concluyentes e insisten en que es necesario seguir investigando sobre los potenciales efectos negativos de estas bebidas, especialmente cuando se combinan con alcohol.

Sería importante que las administraciones se basaran en la evidencia científica para regular aspectos como la cantidad máxima de cafeína permitida por unidad de bebida, los ingredientes permitidos y sus cantidades o el marketing de estos productos cuando se dirigen a público joven (adolescentes o incluso niños).

¿Tomas habitualmente bebidas energéticas? ¿Crees que deberían regularse más?

Me hará mucha ilusión leerte en los comentarios.

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Beatriz Robles

Beatriz Robles

Tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista de formación y divulgadora de vocación. Docente en la Universidad Isabel I. Escribo sobre alimentos y nutrición en mi blog y colaboro con medios de comunicación como El Comidista, Materia Ciencia de El País y Eroski Consumer.
4 comentarios
  1. Toroloco 9 agosto, 2017

    REZVULL EN VENAAAA

    Responder
  2. anonimo 16 noviembre, 2017

    No sé que cantidades toma la gente, yo cada día tomo 1 a la hora de comer porque trabajo y me ayuda en las primeras horas que es cuando peor lo paso por la digestión, pero hasta ahí, ni una más. Que un niño de 3 años tome esto es una barbaridad porque no es un vaso de coca-cola, sinó un potente combinado del que si se abusa puede ser terrorífico. Tampoco entiendo que la gente mezcle esta bebida con alcohol, ¿que pasa estamos locos? Y he dicho que los componentes de esta bebida son una autentica bomba por si solos, si se mezcla con alcohol puede darte un ataque. Bebidas de este tipo hacen un buen efecto por si mismas, no las mezclemos con más estimulantes que esta ya de por si esta muy cargadita.

    Responder
  3. Vario 1 febrero, 2018

    Yo digo mi experiencia.
    LLevo muchos años bebiendo todo tipo de bebidas energéticas: Monster, Red Bull, Rockstar, de Lidl, de Día, de Mercadona, Burn… Y de media 1 todos los días, en épocas de mucho ajetreo, 2.
    Conclusión? Dolores de cabeza, de pecho, nervios, ansiedad, cambios de humor, dejé cada cosa que empecé por trabas mentales que me daban… Un desastre. Y desde que lo dejé, estoy 100% seguro que todo el desastre vino por echarme basura al cuerpo.
    Pediría que al menos a los más jçovenes no se les permitiera acceder a este tipo de sustancias.

    Responder
    • Beatriz Robles 2 febrero, 2018

      Gracias por tu comentario Daniel. Desde luego hay que hacer divulgación para advertir de lo que estamos consumiendo cuando elegimos una bebida energética; mucha gente piensa que son similares a las bebidas azucaradas (también totalmente desaconsejables, pero es que en las energéticas se suma todo lo malo de las azucaradas más las altas concentraciones de estimulantes). Y, como señalas, sería muy importante incidir en el riesgo de consumo de estos productos por los adolescentes y los niños.
      Gracias de nuevo

      Responder

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