Es algo que a todos se nos ha pasado por la cabeza: si la vitamina D se obtiene por la exposición solar, ¿cómo voy a conseguirla durante el confinamiento por el coronavirus en mi piso de 50 metros?
Vamos por pasos.
¿Cuándo hay déficit de vitamina D?
Lo primero que hay que tener en cuenta, es que no hay consenso a la hora de definir qué valores determinan que hay un déficit de vitamina D. Para saber si una persona tiene déficit de vitamina D se mide la concentración en sangre del metabolito 25-hidroxivitamina D. Sin embargo, hay un problema para diagnosticar el déficit porque no hay consenso al establecer qué valores indican deficiencia: la Academia Nacional de Medicina de EEUU establece la normalidad en valores >20 ng/ml, la Fundación Internacional de Osteoporosis y la Sociedad Española de Investigación Ósea lo aumentan a >30 ng/ml y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición recomienda concentraciones de entre 30-50 ng/ml.
Una investigación sobre el déficit de vitamina D en España recoge que, si se toma como referencia el valor de 20 ng/ml, el 37% de la población tendría déficit, pero esta prevalencia aumentaría hasta el 88% si se emplea el de 30 ng/ml. Este mismo estudio (y entidades como la British Dietetic Association) indica que la mayor parte de la vitamina D se obtiene por síntesis cutánea a partir de la exposición solar, pero en España está limitada por la situación geográfica en invierno y primavera y por el calor excesivo durante los meses de verano. El aporte dietético a partir de alimentos como el pescado azul, la yema de los huevos o los lácteos sirve como complemento pero, según el estudio ANIBES, la ingesta no cubre los requerimientos.
¿Necesito suplementos de vitamina D en condiciones normales?
En este contexto cabe preguntarse, ¿los suplementos pueden ayudarme? Si hablamos en un contexto normal, encontramos una evaluación de Nutrimedia, el portal de revisión de la evidencia científica de la Universidad Pompeu Fabra, que ha evaluado si los suplementos de vitamina D reducen el riesgo de fractura y determina que “el consumo de suplementos de vitamina D por parte de la población general no reduce ni el riesgo de fracturas en su conjunto ni el de fracturas de cadera en particular. Estos resultados proceden de un número suficiente de ensayos clínicos aleatorizados, bien diseñados y ejecutados, y han sido además muy similares en los distintos estudios. Todo ello obliga a descartar la creencia de que estos suplementos sean eficaces para prevenir la aparición de fracturas en la población general”. Otras investigaciones también concluyen que no se recomienda su uso en la población general. La United States Preventive Task Force está en contra de su administración como prevención de caídas y fracturas.
¿La vitamina D puede ayudarme contra el coronavirus?
Ya centrándonos en la crisis sanitaria del coronavirus Covid-19, encontramos varias referencias.
En relación con la posibilidad de que las temperaturas ambientales cálidas ayuden a combatir el virus, una evaluación publicada por la Escuela de Salud Pública de Harvard indica la mejor evidencia en relación con esta hipótesis es que, “según un metaanálisis de ensayos controlados aleatorizados, la suplementación con vitamina D reduce la incidencia de infecciones respiratorias agudas. Por otro lado, hemos encontrado que es poco probable que este efecto sea un factor relevante en la variación de la incidencia de gripe entre el verano y el invierno. Es un área prometedora para estudiar más pero en el momento presente, su relevancia parece incierta”.
La OMS, sobre la relación de la vitamina D con la prevención de infecciones respiratorias, ha publicado una evaluación (incluyendo el metaanálisis mencionado por la Escuela de Salud Pública de Harvard) en la que se recoge que “la suplementación con vitamina D para prevenir infecciones del tracto respiratorio no se hace de manera rutinaria. Para que esta intervención fuera efectiva, tendría que hacerse de forma continuada, antes de que empiece la infección respiratoria” (…) “Se necesitan ensayos adicionales con diferentes dosis (cantidad e intervalos) antes de implementar esta intervención en la población. Así mismo, tendría que hacerse un seguimiento de los participantes durante un tiempo suficiente para comprender si la vitamina D sigue siendo efectiva una vez que se alcanza un status óptimo, ya que una vez que la deficiencia es corregida, aportar más vitamina D puede no tener beneficios adicionales”.
La misma opinión manifiesta la Academia Española de Nutrición y Dietética y del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas en su documento “Recomendaciones de alimentación y nutrición para la población española ante la crisis sanitaria del COVID-19” en el que a la pregunta “¿Existe algún nutriente o compuesto que pueda ayudar a prevenir la infección por virus en sujetos no infectados o a combatirlo en sujetos con sintomatología leve?” se indica No, pues aunque algunos nutrientes como el cobre, folatos, hierro, selenio, vitamina A, vitamina B12, vitamina B6, vitamina C, vitamina D y zinc, contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunitario, tal y como establece la European Food Safety Authority (EFSA) es improbable que potenciar su consumo, se asocie a un menor riesgo. Por ello, NO hay que fomentar su consumo para este fin. Esta conclusión se mantiene incluso tras revisar con detenimiento un artículo de revisión sobre potenciales intervenciones dietéticas en coronavirus, reforzado por las conclusiones de un trabajo realizado sobre SARS, MERS y COVID-19. No se ha probado la eficacia del uso de ningún otro nutriente u otros compuestos llamados nutracéuticos, incluidos el ácido ferúlico, ácido lipoico, la spirulina, N-Acetylcysteine, glucosamina, beta-glucanos o la baya de saúco para la prevención o tratamiento del COVID-19. Esta conclusión se mantiene incluso tras revisar con detenimiento un artículo de revisión sobre potenciales intervenciones dietéticas en coronavirus.
Por su parte, Cochrane Austria indica que “Hasta el momento, no se ha investigado si la vitamina D puede prevenir una infección con el coronavirus. Sin embargo, no es muy plausible. Es poco probable que la vitamina D adicional tenga un efecto preventivo contra las infecciones con el resfriado común, el goteo nasal y los virus de la gripe. Esto se aplica al menos a las personas con niveles normales o moderadamente reducidos de vitamina D en la sangre. Si hay una deficiencia grave, el sistema inmunitario debería beneficiarse del tratamiento con vitamina D».
A este respecto, también es interesante ver la publicación de AFP Fact Check, en la que se desmiente que la vitamina D pueda prevenir la infección de Covid-19.
Sacar tajada de la crisis
Lo que voy a decirte ahora no es específico de la vitamina D, pero esta relacionado y, si no lo suelto, reviento.
Seguro, segurísimo que estos días estás oyendo anuncios de complementos alimenticios que hacen alusiones a su capacidad para «ayudar a tus defensas» o «reforzar tu sistema inmunológico». Vergüenza. Es lo que les falta.
Es cierto que no hacen alusión a la crisis del coronavirus Covid-19, pero es que no les hce falta, ¿tenemos, acaso, otro tema en nuestra cabeza? Si oímos hablar de sistema inmune en estas circunstancias no hace falta que digan nada más (y ojo, que también los hay que, con todo descaro, aseguran que previenen esta infección concreta).
Como puedes imaginar, si hubiera una vitamina, mineral, suplemento multivitamínico o hierba campestre que tuviese algún efecto sobre este virus, las autoridades sanitarias lo anunciarían a bombo y platillo, se harían recomendaciones para que todos lo tomásemos. ¿A qué no has oído al Ministro de Sanidad decir que tenemos que tomar «Inmunol forte»?
Pues eso.
No obstante, además de lo ya manifestado por la Academia Española de Nutrición y Dietética, la AESAN ha hecho una advertencia a los consumidores: «En consecuencia, no existen complementos alimenticios que prevengan, traten o curen la infección por Coronavirus y, por lo tanto, no puede haber ningún producto en el mercado con tales declaraciones.»
Que los carroñeros no se aprovechen de tu miedo.
¿Qué va a pasar con la vitamina D durante el confinamiento por el coronavirus?
Sobre el confinamiento, lo más recomendable sería exponerse a la luz solar durante unos 20 minutos al día. Lo sé: una parte importante de la población (yo incluida) no va(mos) a poder hacerlo por no tener acceso al aire libre.
Específicamente sobre las condiciones de aislamiento a las que nos obliga el coronavirus Covid-19, la British Dietetic Association se ha pronunciado e indica que, «para garantizar un status saludable de vitamina D, todos los adultos y niños mayores de un año deberían considerar tomar un suplemento diario de 10 microgramos de vitamina D”. Pero, así mismo, dice “también puedes consumir gran cantidad de alimentos ricos en vitamina D como:
- pescado graso (salmón, sardinas, trucha,…)
- hígado de bacalao (evitar en embarazadas)
- yema de huevo, carne, víceras, leche: contienen cantidades pequeñas que varían estacionalmente.
- Margarina, cereales de desayuno, fórmula infantil y algunos yogures están enriquecidos con vitamina D.
Health Direct, agencia dependiente del Gobierno de Australia, indica que los suplementos vitamínicos no protegen contra el coronavirus, que “es mucho mejor obtener a través de la dieta los nutrientes necesarios para mantener fuerte el sistema inmune” (…) y que “consumir grandes dosis de determinados suplementos, como vitamina A y D, puede ser tóxico”.
¿Va a pasarte algo malo porque te tomes un suplemento de vitamina D durante este periodo? Lo normal es que no. Pero, desde luego, si tienes alguna patología crónica o quiere administrársela a algún grupo de riesgo (niños de corta edad, embarazadas, personas mayores o inmunodeprimidos), consúltalo primero con el médico y no lo compres por tu cuenta y riesgo.
Todo esto se lo he contado a Maldita.es, y te recomiendo que leas su artículo Cuarentena, luz solar y suplementos: cómo conseguir la dosis necesaria de vitamina D sin poder salir de casa en el que se incluyen también las opiniones de dos grandísimas compañeras: Adela López Ayala y Marian (Boticaria) García.
Los casos individuales tienen que recibir consejo facultativo específico: ¿el médico te ha recomendado que la tomes? Adelante y sin dudarlo. Pero, con los datos actuales, no hay una recomendación de suplementar con vitamina D a la población general.
Las autoridades sanitarias serán quienes se pronuncien al respecto, en caso de que tengan que hacer alguna recomendación (algo que no ha pasado hasta el momento).
[Actualización 04.04.2020]: La Academia Española de Nutrición y Dietética ha publicado un interesantísimo documento específico sobre Vitamina D en el confinamiento. Este es un resumen de su postura en cuanto a la suplementación:
Además, indica cuáles son las fuentes dietéticas de vitamina D y cuál es el papel de la vitamina D en las infecciones respiratorias. Te recomiendo que te lo leas :)
“El consumo de suplementos de vitamina D por parte de la población general no reduce ni el riesgo de fracturas en su conjunto ni el de fracturas de cadera en particular. Estos resultados proceden de un número suficiente de ensayos clínicos aleatorizados, bien diseñados y ejecutados.»
No especificas qué cantidades de vitamina D fueron administradas y es importante. Durante muchos años han sido cantidades bajas, muy bajas, sin impacto positivo para concluir.
Estas cantidades bajas proceden de recomendaciones establecidas en 1997 por la Food and Nutrtion Board, basadas en errores estadísticos demostrados años posteriores, que ha supuesto investigaciobes limitadas de las que te haces eco de las conclusiones. (Por poner un símil algo ridículo pero para que se entienda, sería como concluir que comer proteínas a diario no tiene ningún beneficio pq un metanalisis de estudios con menos de 10 g de proteína al día así lo concluye).
Sería interesante estar actualizado de todos estos detalles, buscar los estudios posteriores con las curvas de descenso de riesgo de fracturas a medida que suben los niveles de vitamina D en personas mayores que por edad tienen limitación de síntesis cutánea y se les suministra vitamina D suplementada, descartando otros factores (como la suplementación de calcio que no logró beneficios significativos con respecto a la suplementación de vitD).
Por otra parte, y desde el respeto lo digo, sería conveniente que estubiésesis en contacto con la práctica clínica del estilo de vida incluyendo la alimentación en relación a la vitamina D (monitorizada en estaciones diferentes con personas diferentes) para daros cuenta los teóricos que repetís literatura no actualizada, que va en perjuicio de la población. No mencionas el impacto de la contaminación que filtra los rayos UVB, ni que los alimentos tienen una cantidad de vitamina D muy limitada y más en estos últimos años que los animales sufren los mismos factores ambientales que nosotros (como la vida de interior o a la sombra, la contaminación, etc).
Ojalá no sigamos repitiendo información desfasada perpetuándola en la actualidad.
Saludos.
Buenos días, María:
Lógicamente, no estoy dando mi opinión, sino reproduciendo con un entrecomillado las palabras recogidas en evaluaciones de la evidencia científica más actual. Concretamente, de la evaluación publicada el 24 de enero de 2019 por Nutrimedia (cuyo informe tçecnico puedes consultar aquí https://www.upf.edu/documents/35405748/215868981/26-VitaminaD-8g.pdf/7b5e9420-1841-d351-db93-832a32ec4aa1). Igualmente, en cuanto a la posibilidad de obtenerla a partir de los alimentos (que es cierto que tienen cantidades mpequeñas) me remito a lo publicado por la Bristish Dietetic Association el 16 de marzo de 2020 (y actualizado en 27 marzo 2020) (https://www.bda.uk.com/resource/covid-19-corona-virus-advice-for-the-general-public.html).
Hasta ahí, los datos, actualizados, referenciados e identificados como tales de forma inequívoca.
Sí es opinión el apartado en el que llamo carroñeros a los vendedores de complementos alimenticios que se publicitan como paliativos de los síntomas de la infección por coronavirus. Pero creo también que se diferencia claramente información y opinión.
Un saludo, Beatriz
Gracias por tu respuesta Beatriz.
Posicionamientos y metanálisis basados en un periodo rico en estudios con dosis bajas o muy bajas de vitamina D, en base a errores estadísticos (cuidado que fueron aprobados y publicados en la literatura científica, y de aquellos polvos estos lodos). Hay científicos y sociedades esperando a que sea modificado y anunciado con rotundidad.
En mis publicaciones referencio las fuentes, y en mis cursos lo vemos al detalle. En los comentarios no me tomo el tiempo, pero no por ello está exento de valor lo que te comparto. Es responsabilidad de cada divulgador referenciar (que lo haces) y tratar de hacerlo desde la actualización de la ciencia (no solo de las publicaciones, pues metanálisis del 2018 pueden fundamentarse en estudios anteriores al 2017 en base a prácticas sustentadas en errores de base) o al menos desde la ambigüedad de posicionamiento existente sin dar por hecho que lo que hay detrás es un interés en vender vitamina D (ya sé que es complicado pues nos llevaría mucho tiempo).
Uno de los mayores investigadores en vitamina D que descubrió hace muchos años que su forma activa (hormona) no solo se produce en las células renales, también en muchas otras células del cuerpo, es un gran defensor de obtener vitamina D por la radiación del sol, pero las sociedades médicas de dermatología se echan las manos a la cabeza, a pesar de demostrarse que el melanoma más mortífero está relacionado con la baja exposición al sol.
Espero que a los que apostamos por reducir la contaminación, reconciliarnos con la naturaleza, y optar por formas de vida equilibradas y efectivas para la síntesis de vitamina – prohormona D no nos consideréis carroñeros. Mientras tanto vamos superando situaciones clínicas con suplementos, que como complementos alimenticios/nutricionales se pueden adquirir a un precio más económico que en forma de fármaco, con la misma o mejor calidad del conjunto del producto (o peor, hay que mirar muy bien cada marca y el producto que vende), pues la administración en dosis diarias parece estar dando mejores resultados que dosis quincenales o mensuales en forma de fármaco. Otras opciones de fármacos diferentes a la vitamina D o metabolitos, para mismas situaciones clínicas, tienen un coste más alto llegando a dispararse. Es para pensar sobre los intereses y la motivación de los interesados.
Para mí es un tema muy interesante, si te interesa te llevaría meses y años estudiarlo, es un no acabar. Y lo que nos queda, desde el 2017 no paran de salir nuevas investigaciones muy interesantes con respecto a las anteriores limitadas en dosis principalmente.
Muchas gracias por dar espacio a mis comentarios. Un saludo y que vaya bien en estos días difíciles.
Hola de nuevo, María:
La evidencia de más calidad es aquella que se publica en revistas científicas con revisión por pares. La robustez de un metanálisis de 2018 es mucho mayor que la de uno (o varios) estudios individuales posteriores. Hacen falta publicaciones de alta calidad y más de 1 año de investigación (margen que hay desde la publicación de dicho metaanálisis) para refutarlo.
Un saludo, Beatriz
Hola Beatriz, gracias por tu trabajo. Entiendo que entiendes bien inglés, por lo que me gustaría que vieses este video https://www.youtube.com/watch?v=gmqgGwT6bw0&t=379s
creo que te resultará interesante.
este es el meta-estudio al que hace referencia:
https://www.bmj.com/content/bmj/356/bmj.i6583.full.pdf
También: https://www.bmj.com/content/bmj/356/bmj.i6583.full.pdf
Te cuento: a finales de enero/ principios de febrero yo estaba de vacaciones en Tailandia. Empezó todo el tema del coronavirus y opté por informarme, y finalmente por adelantar mi regreso al entender la gravedad de la situación. Desgraciadamente en Europa parece no se entendió muy bien dicha gravedad hasta demasiado tarde. En todo caso, no soy un «capitán a posteriori»; si miras los canales de youtube de los videos que te acabo de pasar (el dr.John Campbell y el Dr. Saheult) puedes ver lo que estaban diciendo estos expertos desde el principio de febrero, siempre en base a la información empírica más actualizada; ellos informaron mi decisión de liquidar anticipadamente mis vacaciones. Imagínate que yo ya hice una cuarentena a mediados de febrero! En todo caso, el tema de la vitamina D… Aveces las «autoridades» van un poquito atrasadas… espero que no te lo tomes mal. Una población con sistemas inmunitarios fuertes requerirá menos hospitalizaciones.
Un saludo,
Jordi
http://www.orthomolecular.org/resources/omns/v16n21.shtml
Les recomiendo de corazón que investiguen a fondo el asunto.
Yo misma traté con altas dosis de ascorbato de sodio a mi hijo de 2 años de una tosferina grave dos meses antes del confinamiento. En tan solo tres semanas parecía un niño normal (una enfermedad que suele durar 100días). Al bajar la dosis, volvía la tos. Al volver a subirla, desaparecía. NInguna complicación añadida y no tuvimos que pisar el hospital. Desde entonces investigo el asunto y me quedo muy sorprendida y desde luego asustada y entristecida de que en este contexto de tanta confusión se siga tachando como bulo una información que podría salvar vidas y que por lo pronto, es inocua. Es para hacerse muchas preguntas.
Un saludo
Buenos días:
Afortunadamente, la evidencia científica que se emplea para determinar las prácticas clínicas se construye a partir de las investigaciones de calidad publicadas en revistas con revisión por pares, no a partir de anécdotas.
Un saludo, Beatriz