“Los diabéticos no pueden comer fruta” o “hay alimentos especiales para diabéticos que son los más adecuados para estos pacientes”.
Han sido mantras comunes que se han transmitido “de generación en generación” a pesar de que en un informe de la Comisión al Parlamento Europeo y el Consejo de junio de 2008 se estableció que “La composición dietética deseable para las personas con diabetes es similar a la recomendada para el resto de la población. Por tanto, los diabéticos deberían poder cubrir sus necesidades alimenticias con una adecuada selección de alimentos normales. No hay base científica para imponer criterios de composición particulares a los alimentos específicamente destinados a las personas con diabetes.”
La entrada en vigor completa del Reglamento 609/2013 el 20 de julio de 2016 hizo que los alimentos para diabéticos dejasen de tener consideración especial.
No son una categoría de alimentos y se les aplica la legislación general de cualquier otro producto.
Y como el Reglamento 432/2012 no permite la declaración “apto para diabéticos” no se puede indicar esto en el etiquetado ni en la publicidad.
Así que, ¿cómo es la compra ideal para un diabético? Pues la misma que sería ideal para el resto de la población: alimentos frescos, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva y frutos secos como fuentes de grasa.
Las recomendaciones sobre el consumo de huevos son las mismas que para la población general (3-4 huevos por semana).
Y se deben evitar las grasas trans, las grasas saturadas y el alcohol.
En esta infografía tienes en un vistazo el resumen del carro de la compra ideal…tanto si eres diabético como si no.
Una vez más el secreto está en llenar el carro de productos frescos, priorizar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales y evitar los procesados.
Sencillo y utópico.
¿Intentas reducir el consumo de azúcar?
Sustituir algunos productos por su versión “sin”
no te va a servir de nada.