¿Te pillo con la botella de anís en la mano dispuest@ a cantar el tamborilero?
Si es que las fechas parece que lo piden a gritos.
Porque el estrés (físico y emocional) que supone el círculo cena-comilona-cena-cotillón-comilona resacosa (y así durante 15 días) es difícil de aguantar si no hay por lo menos una copita de cava, champagne o sidra “El Gaitero” que ayude a “pulir asperezas”.
Así que hoy, que no hemos llegado ni a la mitad de las Navidades, ya llevamos unas cuantas celebraciones acompañadas de bebidas alcohólicas…con sus correspondientes efectos la mañana siguiente.
Pero, ¿cómo afecta el alcohol a tu organismo?. Y, ¿qué es la resaca?
Te voy a contar qué pasa dentro de tu cuerpo cuando bebes alcohol y por qué la mañana siguiente juras que la de anoche fue la última copa de tu vida…hasta Nochevieja.
El alcohol con moderación es bueno….pues va a ser que no.
Antes de seguir con el artículo tengo que insistir otra vez.
Ya está fuera de toda duda.
El alcohol, en cualquier cantidad, es un factor de riesgo para la salud.
Es difícil de creer porque llevamos “toda la vida” oyendo hablar de los efectos cardiosaludables de una copita de vino en las comidas, tan típica de nuestra dieta mediterránea.
O del valor nutricional de la cerveza, repleta de vitaminas y ácido fólico (¡si hasta es útil como bebida de reposición para deportistas! ¿o no? –Raquel Blasco te lo explica estupendamente en este artículo y en este otro)
Si además ambas bebidas aparecen en numerosas guías alimentarias propuestas por sociedades científicas (como la pirámide recién actualizada de la SENC), parece que es una verdad incontestable.
Pues el alcohol, en cualquier cantidad, incrementa los riesgos de sufrir patologías.
Así lo refleja la OMS en su informe sobre el consumo de alcohol en la Unión Europea o el Instituto Americano para la Investigación contra el cáncer. También el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, el Cancer Research UK.
Y si te interesa saber más, estos tienes esta entrada de Juan Ignacio Pérez en el blog Cuaderno de Cultura Científica o excelentes artículos (de los que ya te he hablado alguna vez) de Julio Basulto y Aitor Sánchez, que te sacarán definitivamente de dudas.
Pero es muy difícil que esta nueva idea cale en la población general.
Primero porque se da de bruces contra una creencia firme y asociada a factores sociales y culturales propios de nuestro país.
Y segundo…porque no es nada atractiva. Aunque tod@s sabemos que el consumo de alcohol es perjudicial para la salud, para muchas personas es sinónimo de momentos placenteros, de socializar y desinhibirse. Y si al menos podemos aferrarnos cual clavo ardiendo a la idea de que el consumo moderado es beneficioso tenemos una excusa para que no se convierta en otro placer culpable (ya, todo lo bueno es pecado, es malo para la salud o engorda).
¿Qué dice la Unión Europea?
La Comisión Europea reconoce que incluso un consumo moderado de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cardiopatías, enfermedades hepáticas y cáncer.
La Resolución del Parlamento Europeo de abril de 2015 sobre la estrategia en materia de alcohol reconoce que el consumo de alcohol es la segunda causa de enfermedad no transmisible en algunos estados miembros y considera probada la relación entre el alcohol y el desarrollo de numerosas enfermedades y lesiones.
Pero mantiene la posibilidad de promocionar con fondos públicos algunas bebidas alcohólicas fermentadas con un gran peso en la economía española como el vino, la cerveza o la sidra.
¿A qué se debe esta diferencia?
El consumo de bebidas fermentadas en Europa se considera un valor cultural y su producción se incluye dentro de las acciones para reforzar la competitividad del sector agrícola (Reglamento 1144/2014)
Aunque el borrador de la estrategia europea en materia de alcohol determinaba que el dinero público nunca debería usarse para promocionar el consumo de alcohol, la versión final incorporó una enmienda que excluye de esta prohibición el vino, la cerveza y la sidra, entre otros.
En la Unión Europea, estas bebidas alcohólicas tienen la consideración de alimentos.
Y entrar en esta definición supone un matiz muy importante. Porque les da un estatus especial frente a las políticas contra el consumo de alcohol.
Así, en España la Ley 24/2003 de la Viña y el Vino define el vino como “el alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva” y el Real Decreto 578/2016 por el que se aprueba la norma de calidad de la cerveza la considera “el alimento resultante de la fermentación, mediante levaduras seleccionadas, de un mosto cervecero elaborado a partir de materias primas naturales.”
Una vez dicho esto…vamos a desmontar cómo actúa el alcohol durante y después de su ingestión.
¿Cómo se metaboliza el alcohol?
Como el término alcohol se utiliza generalmente como equivalente a etanol (que es el alcohol que aparece en las bebidas), en este artículo me referiré al etanol como “alcohol”.
El alcohol pasa por cuatro etapas desde que se ingiere hasta que se elimina:
- Fase de absorción: se produce principalmente en el intestino delgado. Una parte también se absorbe en el estómago y en el colon. Tiene un bajo peso molecular así que no necesita ser digerido para atravesar las paredes de la mucosa intestinal y pasar a la sangre.
Alcanza la mayor concentración en sangre entre los 30 y los 90 minutos de la ingestión.
- Fase de distribución: una vez absorbido se distribuye a todo el organismo a través del torrente circulatorio. La cantidad de alcohol en sangre es la alcoholemia (gramos de alcohol puro por litro de sangre circulante).
La concentración de alcohol en sangre está directamente relacionada con los efectos que produce en el organismo. Por eso se puede predecir los cambios en el comportamiento a partir de la tasa de alcoholemia:
- Fase prodrómica: entre 0,25 y 0,3 g/l. Cambio en el estado mental, alteraciones perceptivas, aumento del tiempo de reacción, pérdida de reflejos.
- Fase de excitación: entre 0.3 y 1,5g/l. Pérdida de inhibición, pérdida de autocontrol, alteraciones en la toma de decisiones, alteraciones motoras y psicomotoras.
- Fase de incoordinación: entre 1,5 y 3 g/l. Temblor, confusión mental, falta de coordinación motriz, comportamiento impredecible.
- Fase de embriaguez profunda: (más de 3g/l), coma etílico (4g/l) y muerte (más de 5g/l) por shock cardiovascular e inhibición del centro respiratorio.
- Fase de metabolismo: es la fase de destrucción del alcohol. Se produce en el estómago y fundamentalmente en el hígado. Aproximadamente el 90% del alcohol ingerido se metaboliza.
Es una reacción de oxidación en la que intervienen dos enzimas:
- Alcohol deshidrogenasa: oxida el etanol a acetaldehído. El acetaldehído es muy tóxico y tiene que degradarse rápidamente a través de la siguiente reacción.
- Aldehído deshidrogenasa: oxida el peligroso acetaldehído y lo transforma en acetato, no tóxico y que se degrada a C02 y agua para ser eliminado.
Si el consumo de alcohol es muy elevado y el sistema de oxidación no da abasto, el acetaldehído se va acumulando en el hígado, pudiendo provocar daño hepático, y pasa a la sangre, produciendo nauseas, vómitos, sudor…
- Fase de eliminación: el 10% restante del alcohol no se degrada por esta vía y se elimina intacto, sin metabolizar, a través de la orina, el sudor y el aire espirado.
El farmacólogo sueco Goran Liljestrand estableció la relación entre el alcohol en el aire espirado y el alcohol en sangre como 2100:1. Es decir, 2 litros de aire espirado tienen la misma concentración de alcohol que 1 mililitro de sangre.
Esta medida se utiliza para medir el grado de alcoholemia en los controles de tráfico. Por eso el límite legal de 0,25g alcohol/l aire espirado para los conductores significa que esa persona tiene 0,5g de alcohol/l de sangre.
El hígado metaboliza el alcohol a una velocidad constante de unos 8-10 gramos por hora, independientemente de la cantidad de alcohol que haya en la sangre. Esta velocidad sólo se modifica por circunstancias específicas de la persona como el peso, el género o diferencias genéticas.
¿Qué es la resaca?
Lo que se puede describir de la resaca con total precisión son los síntomas: dolor de cabeza, malestar general, pérdida de apetito, nauseas, diarrea, cansancio, fotosensibilidad…Además de otros menos evidentes como pérdida de memoria, tiempo de reacción lento, pérdida de destreza manual, dificultades de atención…
Es por lo tanto un conjunto de síntomas adversos que aparecen una vez que se ha metabolizado completamente el alcohol.
Y ya sabes que estos efectos dependen directamente de la dosis de alcohol que se tome.
Lo que a estas alturas todavía no está claro son los mecanismos que intervienen en la resaca. Por qué se produce. Y, aunque hay muchos estudios e informes sobre los efectos del alcohol (como este, este, este o este), la resaca ha sido muy poco investigada.
Era muy común pensar que la resaca era el síndrome de abstinencia que aparecía tras el consumo de alcohol, pero los pocos estudios que hay descartan que esta sea la explicación: la resaca aparece a las pocas horas del consumo de alcohol y dura como máximo 24h, mientras que un síndrome de abstinencia aparecería 24 horas después del cese de la ingesta.
Es una creencia tan popular que incluso los angloparlantes tienen la expresión “hair of the dog” para definir esa dosis de alcohol que se toma a la mañana siguiente para tratar de combatir el síndrome de abstinencia.
Según este estudio, publicado en Human Psychopharmacology: Clinical and Experimental en 2009, los síntomas (como los cambios cognitivos de la resaca, que no aparecen en el síndrome de abstinencia) y los cambios hormonales y hemodinámicos son distintos en la resaca y en el síndrome de abstinencia del alcohol.
Y para que aparezca un síndrome de abstinencia es necesario que haya un consumo de grandes cantidades de alcohol durante mucho tiempo mientras que la resaca aparece siempre que hay un consumo puntual en personas que no son bebedoras habituales.
También se ha explicado la resaca como el resultado de la deshidratación producida por el alcohol. El alcohol inhibe la producción de hormona antidiurética (la hormona que manda a los riñones que conserven el agua). Así que, a menos concentración de esta hormona, se produce más orina. Esta descompensación produce un desequilibrio electrolítico que podría explicar la diarrea y los vómitos.
Pero la deshidratación sólo explicaría una parte de los síntomas.
Así que hay numerosas teorías que tratan de explicar las razones de estos síntomas: efectos directos e indirectos del alcohol, efectos tóxicos de los congéneres (sustancias residuales que se generan simultáneamente en el proceso de elaboración del etanol) o de los metabolitos del alcohol (como el acetaldehído del que te he hablado antes).
Se ha probado que la acumulación de acetaldehído sí produce síntomas similares a los de la resaca (nauseas, sudoración, taquicardia…). Pero tampoco se puede asegurar que sea el responsable porque en el periodo en el que aparece la resaca el acetaldehído ya no está presente en la sangre.
¿Y qué hay de los congéneres? Son sustancias que se producen durante la elaboración del alcohol o se añaden para dar a la bebida algunas características organolépticas. Las bebidas “rojas” como el ron, el vino, el coñac o el tequila tienen más congéneres que las bebidas blancas y se ha comprobado que los síntomas de la resaca son peores.
Algunos congéneres como el metanol sí pueden explicar determinados efectos. El metanol se metaboliza produciendo ácido fórmico, muy tóxico y responsable de que se produzcan vómitos, desorientación, dolor abdominal, y en casos graves, coma, convulsiones y ceguera. No sería el caso porque las bebidas alcohólicas a la venta en los circuitos legales no tienen una concentración de metanol que pueda producir estos síntomas, pero sí puede suceder con las bebidas que no están controladas, por una destilación defectuosa.
Un estudio de 2003 (Effects of alcohol hangover on cytokine production in healthy subjects) apunta a que los síntomas de la resaca se deben a los efectos del alcohol sobre el sistema inmune. Y es una teoría que empieza a tomar fuerza.
El alcohol induce la producción de sustancias que actúan como neurotransmisores, y tienen funciones sobre la inflamación y la respuesta inmune (citoquinas, prostaglandinas, serotonina e histamina).
Es decir, que el alcohol dispara de alguna manera el sistema inmune liberando las mismas sustancias que se producen en un proceso infeccioso y desata una respuesta inflamatoria.
Estas sustancias explican algunos síntomas asociados a las resacas como el dolor de cabeza (citoquinas, histamina, prostaglandinas), nauseas, diarrea y cansancio (citoquinas), fallos de memoria (citoquinas y prostaglandinas)…
Por si esto fuera poco, si a todos estos efectos le sumamos que el consumo de alcohol en dosis altas provoca alteraciones del sueño (sueño menos profundo con acortamiento de la fase REM, insomnio, prolonga la fase 1 de sueño –el estado de adormecimiento inicial-…) y que esas dosis se suelen consumir de fiesta por la noche (con lo que ya hay un cambio en las rutinas de sueño, acostándose mucho más tarde de los habitual), el cocktail da el conocido resultado penoso de la mañana después.
¿Alguna manera de acabar con la resaca? Pues no, como te cuenta Juan Revenga, no hay ningún remedio eficaz. Sólo puedes dejar que pase el tiempo.
A sólo cuatro días de una de las noches más etílicas del año (y a cinco de la mañana más lamentable) te voy a dar el único remedio probado contra la resaca: no bebas.
Pero si al final la emoción por la llegada del Año Nuevo te empuja inexorablemente en brazos de Dioniso, tómatelo con calma y con cabeza.
Al fin y al cabo, celebramos que el año empieza, no que se acaba el mundo (y la mañana del 1 de enero está a la vuelta de la esquina…)
En todo caso…¡FELIZ AÑO NUEVO!
¿Sabes cuántas kilocalorías ingieres con una bebida alcohólica?
No es fácil porque no lo indican en el etiquetado.
Cuanta teoría y qué poca práctica!!la resaca da un hambre voraz por lo general
Ahí le has dado. Yo la resaca la practico poco (por no decir NADA)
Excelente articulo, claro y completo con una explicacion sencilla y breve de un gran problema en todas las edades de la poblacion!
Felices Fiestas!!
Muchas gracias Nahyr!
Personalmente y por parte de muchas personas que he conocido a lo largo de la vida y en diferentes países. Coincidimos, en que tomando una dosis pequeña, ( un quinto de cerveza por ejemplo) se elimina buena parte de la resaca