Nos topamos cada vez más con ello.
Noticias que hablan de alimentos adictivos y de aditivos alimentarios que crean dependencia.
De personas que son adictas a la comida.
Y sí, puede ser un término que describe gráficamente el deseo casi irrefrenable que nos producen algunos alimentos como el chocolate o los snacks salados.
Pero no es precisa. Y ni siquiera tenemos claro que exista.
En Materia Ciencia de El País he hecho un repaso de lo que dice la ciencia más actual sobre este tema.
Porque, a pesar de los titulares sensacionalistas que aseguran que «el azúcar es tan adictivo como la cocaína», la ciencia no dice eso ni de lejos.
Y analizo por qué es importante llamar a las cosas por su nombre.
¿Qué alimento es adictivo para ti? ¿El chocolate, las patatas fritas, las galletas saladas?
Ya has pensado alguno, ¿verdad? Pues la pregunta tiene trampa.
Porque la ciencia no tiene claro (ni de lejos) que pueda haber alimentos adictivos, y tampoco que exista la “adicción a la comida”.
Es cierto que en nuestro lenguaje coloquial usamos términos como “adicción”, que en el ámbito científico tienen un significado más complejo. Nos sirve para describir una situación que nadie interpreta literalmente. No hay mayor problema.
En las adicciones conocidas, la sustancia o el comportamiento adictivo son prescindibles y pueden evitarse, pero los alimentos son indispensables para sobrevivir
El conflicto aparece cuando se sigue la dirección contraria, y la ciencia toma el argot para determinar que existe una nueva patología: la adicción a la comida (sigue leyendo)
Si no conocemos el problema, nunca podremos abordarlo eficazmente.
¿Quieres saber por qué no los estudios sobre nutrición son tan contradictorios?