La stevia se ha convertido en el edulcorante de moda.
Se presenta como la alternativa “natural” a otros edulcorantes “artificiales” con mala fama como la sacarina, el aspartamo o el acesulfamo K.
Edulcorantes, todos ellos, sometidos a una estricta legislación europea que exige que sean autorizados antes de ponerlos en el mercado y que los reevalua periódicamente (como cualquier otro aditivo alimentario autorizado).
Además, la normativa establece qué edulcorantes pueden emplearse en cada producto y en qué condiciones.
Pero aun así, todavía colean las leyendas urbanas sobre la falsa carcinogenicidad de la sacarina por ejemplo y, en una deriva errónea hacia opciones aparentemente naturales, muchos consumidores optan por productos que no tienen ninguna ventaja.
Es más, en el caso de la stevia, ni siquiera está permitida la venta de las hojas como edulcorante y lo que se comercializa son glucósidos de esteviol, un compuesto obtenido de la planta mediante un procesado químico.
Todo eso lo hemos explicado Miguel Ángel Lurueña, Carlos Ríos y yo en el artículo de El Mundo “Estevia, el edulcorante de moda, no es tan natural”.
Y puedes ver un resumen del artículo en este vídeo.
No es mejor ni peor que cualquier otro edulcorante autorizado. Es solo una opción más.
¿Quieres saber por qué no está autorizada la venta de las hojas de stevia como edulcorante?